En la Semana Santa que nos disponemos a vivir se cumple el quincuagésimo aniversario del nacimiento en el seno de nuestra cofradía del culto a la Santísima Virgen de los Dolores.
Con fecha 3 de diciembre del año 1955, siendo Hermano Mayor D. Manuel Sández Figueiras, el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Lugo, Dr. D. Rafael Balanzá y Navarro concede que al título de Cofradía del Desenclavo del Señor, se añadiese “y de los Mayores Dolores de María Santísima”, quedando por consiguiente en lo sucesivo con el título de Cofradía del Desenclavo del Señor y de los Mayores Dolores de María Santísima (Libro de Registro del Obispado de Lugo, 1955).
Nota: Esta fotografía corresponde a la ceremonia realizada el día 28 de marzo de 1958, Viernes de Dolores, a las ocho y media de la tarde en la iglesia conventual de los RR. PP. Franciscanos. En ella podemos ver al por entonces Obispo Auxiliar de la Diócesis de Lugo, Dr. D. Antonio Ona de Echave, imponer la medalla con cinta morada y blanca de la Cofradía del Desenclavo del Señor y de los Mayores Dolores de María Santísima a una de las cuatrocientas Hermanas Protectoras del culto a la Santísima Virgen de los Dolores que la recibieron ese día. Al fondo, varios hermanos de vara con hábito sin capuz asistiendo a los actos. |
En su precursora labor de divulgación de los diferentes cultos propios de la Semana de Pasión, esta distinción determina que la más antigua Cofradía Penitencial de Semana Santa fundada en nuestra ciudad, inicie hace ahora cincuenta años un fecundo periodo de gracia en el que la propagación del nuevo culto a la Santísima Virgen de los Dolores, pasa a ser, juntamente con todos sus anteriores homenajes externos de respeto y amor relacionados con la Pasión y Muerte de Nuestro Señor, la principal preocupación de los hermanos de vara. Comienza así un ciclo que llega a nuestros días en el que las actividades de la cofradía no se limitarán exclusivamente a los actos de la Semana Santa, sino que también tendrán una proyección devocional a lo largo de todo el año, tributando culto periódico a la Virgen bajo la advocación de los Dolores todos los viernes de Cuaresma y el día 15 de septiembre.
Como consecuencia, se producen algunos cambios de carácter menor que sólo afectan a la cofradía en cuestión, tales como la modificación del hábito de mortificación de los hermanos de vara, al sustituirse el escudo circular negro con la Cruz del Santo Sepulcro roja del capuz, por otro de color blanco con el corazón de la Virgen atravesado por siete espadas bordado que es el que actualmente podemos ver en el hábito de los cofrades, o la creación tres años después de la figura del Hermano Mayor Delegado del Culto a la Virgen; se producen también otros cambios de mayor calado que con el paso de los años acaban influyendo en el conjunto de las cofradías de la Semana Santa lucense: así, por primera vez en la historia de Lugo se introduce organizadamente a la mujer dentro de la estructura de una cofradía penitencial, con las limitaciones, claro está, que imponen las normas eclesiásticas de la época. De nuevo la Cofradía del Desenclavo vuelve a ser pionera en un tema de tanta importancia, siendo muchos años después, concretamente el día 28 de marzo de 1986, la primera cofradía lucense en permitir la salida como penitente de una mujer en sus filas, una vez conseguida del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Lugo, Fray Jose Gómez González, la debida dispensa temporal de carácter oral.
La secuencia de los hechos es la siguiente: el día 23 de marzo de 1956, Viernes de Dolores, a las ocho y media de la tarde se celebra en la iglesia conventual de los RR. PP. Franciscanos la ceremonia de imposición de la medalla de Honor de la Cofradía a las señoras Dª. María Teresa Chousa de Del Valle, Dª. Leonor Basanta de Noreña, Dª. Pura Montenegro de Ameijide, Dª. Dolores Díez Lage de Manso, Dª. Ángela F. Ordóñez de Duplá, Dª. Aurelia Ron de Perejón y Dª. María López de Pedrosa, esposas de las principales autoridades. Tal imposición se llevó a cabo por parte del M. I. Sr. D. Miguel Novoa Fuente, chantre de la Catedral, prelado doméstico de Su Santidad y terciario de la congregación lucense, que además de fervoroso miembro de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, un par de meses después sería promovido a Obispo Auxiliar de Santiago de Compostela. Con este acto se inaugura oficiosamente la rama femenina dependiente de la Cofradía del Desenclavo que internamente se ocupará del nuevo culto y públicamente tratará de propagar la devoción a la Santísima Virgen de los Dolores.
En la segunda mitad de año, la Junta Directiva de la cofradía eleva propuesta de autorización de la rama femenina a las autoridades eclesiásticas, designando en la misma a Dª. Justa Ramallo de Abella como la persona más adecuada para dirigirla en caso de que sea tenida en cuenta dicha petición. El día 11 de abril de 1957, el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Lugo, Dr. D. Rafael Balanzá y Navarro, en oficio emitido por la cancillería episcopal de acuerdo con la normativa del momento, contesta disponiendo que las cofradías de Semana Santa son exclusivamente de hombres y para hombres y en consecuencia no procede autorizar su creación. No obstante, dos días después, un nuevo decreto del mismo Prelado dispone que: “Bendecimos a la Cofradía del Desenclavo y ordenamos que, disuelta la Rama Femenina de la Cofradía y su junta directiva, las señoras que la integran se titulen únicamente comisión de Protectoras de la Cofradía en el orden económico y en el culto de Nuestra Señora.”, allanando así legalmente el terreno con un modelo adecuado de organización y solucionando de este modo definitivamente la situación.
A partir del mes de octubre de 1957 la cofradía se acoge legalmente a la fórmula de protección económica y culto de la Virgen de los Dolores ordenada por la Autoridad Eclesiástica, naciendo oficialmente las Hermanas Protectoras del culto a la Santísima Virgen de los Dolores, encargadas desde ese mismo momento de dotar a la cofradía del dinero suficiente para el sostenimiento de la nueva devoción, en donde tendrán un papel destacado muchas damas conocidas de la sociedad lucense hasta nuestros días, algunas de ellas vinculadas estrechamente con este diario “El Progreso” como las hermanas de Cora Sabater y Dª. Eva Paradela.
La presentación en sociedad, como no podía ser de otro modo, se realiza formalmente el día 28 de marzo de 1958, Viernes de Dolores, a las ocho y media de la tarde en la iglesia conventual de los RR. PP. Franciscanos. El solemne acontecimiento, presidido por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo Auxiliar de la Diócesis de Lugo, Dr. D. Antonio Ona de Echave revestido de pontifical, concluye con la imposición de las medallas con cordón morado y blanco de la cofradía a los nuevos hermanos de vara y de las medallas con cinta morada y blanca a las Hermanas Protectoras del culto a la Santísima Virgen de los Dolores, en total ciento treinta hombres y cuatrocientas mujeres.
De este modo se habían sentado las bases que años después permitirían incorporar a la mujer y a los hombres juntos como penitentes en el seno de las cofradías de Semana Santa de la ciudad de Lugo.
Juan Gabriel Pérez Martín
Vice-Hermano Mayor de la Cofradía del Desenclavo del Señor
y de los Mayores Dolores de María Santísima.
(Artículo publicado en el diario “El Progreso” de Lugo, el Domingo de Ramos, día 9 de abril de 2006).